domingo, 29 de junio de 2014

Des-esperar

Ya no sé hasta qué punto está bien dejar crecer la esperanza. Al final terminas por maquillar todo lo improbable haciendo que parezca probable en algún punto del tiempo infinito, viviendo a expensas del cambio.

Me planteo si lo inteligente es quizá no esperar nada, plantarse en lo peor y sorprenderse cuando a la vida se le antoje ponerse de tu parte, o si tal vez todo esto tenga que ver con darle más oportunidades al presente y dejar que el futuro se construya solo, sin interferir, ni mediar, ni ansiar, sólo entregándose en cuerpo y alma al destino.

De los creadores de "Acotando el perímetro de los miedos" hoy llega "Buscando la profilaxis para los dolores del alma".

1 comentario:

  1. Creo que para no esperar nada tendríamos que estar muertos y, estar muertos en vida, es una sensación que personalmente no me gustaría tener. Yo que alimento la esperanza como si de un pez en una pecera se tratara no soy nadie para darte consejos porque yo mismo me he planteado cien mil veces lo que aquí has escrito.

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