martes, 21 de junio de 2011

Estando al borde del precipicio y con los pelos como escarpias, la sangre me fluye fugaz y mis glóbulos rojos están a punto de ser proyectados allá por donde queda el final de todo esto que está ocurriendo.
Qué manía mía de ponerle sangre al futuro. Aún no termino de ser realista en esta empresa y de pensar en que las hemorragias pueden existir y en tal caso, provocar mucho caos.

domingo, 19 de junio de 2011

En mis bolsillos hay espacio para el error pero si no desecho los miedos acartonados que en ellos viven desde hace veinte años, nunca veré su verdadera capacidad.

Es junio de dos mil once, y yo me dispongo a tirarme a la piscina con lo puesto. Sin titubear. Mis pies han dejado de sentir el bordillo, pero aún me quedan unas centésimas de segundo para mojarme la coraza...