sábado, 28 de junio de 2014

Experimento

Aventurarse, vivir, liarse la manta a la cabeza y desconocerse para conocerse.

A juzgar por lo que chapurreo en estos folios cada vez que tengo la necesidad de volver, todo apunta a que lo que anda primando en estos tiempos en lo profundo de mi ser es la experimentación. Estoy siendo investigador y conejillo de indias, simultáneamente. Ganando puntos en osadía, y acotando cada día un poco más el perímetro de mis miedos para poder incidir sobre ellos, pero abrumada, y muchas veces anulada, por el hecho de tener que vivirlos al testarme.

Uno de los principales objetivos de la investigación es abolir este intento por rememorar cada palabra pronunciada, cada gesto, cada exclamación, entrando en un bucle de ansiedad y juicios de valor cuando he distado de estar acertada. Probablemente, confiando más en mí puedo lograr revertir esta manía, y, tal vez, confiando más en mí desde el minuto cero quizá pueda cuidarme de desaciertos potenciales.

Ojalá todas las reformas del alma se pudieran hacer en lo que dura un chasquido de dedos, pero supongo que debo armarme de paciencia y darle tiempo al tiempo.

Empezaré por pulir el parquet, sin prisa pero sin pausa.

1 comentario:

  1. Todos somos un poco teoría y práctica, y nunca se sabe cuándo haces bien una cosa y cuando la otra, lo que está claro es que sin experimentar nunca sabremos si las reformas que planeamos en nuestra cabeza son las mismas que necesita nuestro día a día.

    Gracias a ti por seguir ahí. Ya no sé la de años que hace que nos dejamos comentarios :-)

    Un abrazo infinito.

    ResponderEliminar