martes, 26 de enero de 2016

Parar

Hoy es un día para marcar en mi calendario y en mi memoria. Hoy es el día en que, por primera vez, la vida me ha dicho "PARA" y lo he escuchado -que no oído-.  El día en que entiendo que no siempre quedarse es lo valiente; que hay veces en las que abandonar es mayor osadía. 

Hoy es el primer día en que mi capacidad de sacrificio no le gana el pulso a mi alma humana. Hoy decido no exprimirme hasta la última gota para hacer lo que se espera de mí y lo que a priori parece "lo adecuado". Hoy, para mí, lo adecuado es VIVIR. Vivir no es estudiar Medicina, no es trabajar, o al menos vivir no es sólo eso: vivir es ser, no sólo hacer.

Hace tiempo que deambulo por el mundo como una cáscara vacía. Una caja sin contenido que hace cosas, y sin saber muy bien por qué las hace -no se aceptan "porque sí" ni "porque es lo que hay que hacer" como motivos válidos-. Y siento que lo que me falta es tiempo. Pero no tiempo para poder abarcar todas las cosas, sino tiempo para emplearlo en mí y poder en estar en el instante en lugar de ver la vida como espectadora desde el estante. Tiempo para darme la vuelta a los ojos y mirarme por dentro a ver qué encuentro. Tiempo para construir los tabiques de mi alma y de mi cuerpo. Tiempo para invertir en las personas a las que quiero, y no limitarme sólo a pasar el tiempo con ellas. 

Así que hoy me tomo la licencia de cambiar la "b" por la "p" en el verbo abarcar, para aparcar todo aquello que puede esperar. Hoy doy por finalizada la hipoteca de mi vida. 

miércoles, 6 de enero de 2016