miércoles, 3 de junio de 2009

Los patos de la laguna se comieron los restos de la bolsa de patatas más longeva de la historia de las bolsas de patatas que he sostenido entre mis manos. Yo me comí la cabeza, en los días de biblioteca más longevos de mi vida, y menos fructíferos. Aumentarán las calorías de mi dieta, pero los libros seguirán burlándose de mí cuando me rasque los ojos de la desesperación. Ojalá todo pudiese arreglarse cogiéndose este tren no, el siguiente; este autobús no, el siguiente.

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