Quiero creer en la suerte ajena por no quitarme el pañuelo de los ojos y ver que el tiempo pone a cada uno en su sitio. Quizá aún esté a tiempo de mojar la camiseta y las entrañas.
No sé si es más malo conformarse con menos, o ir a por más a 3/4 de potencia por debajo.
Aún a medio gas, seguir luchando por lo que uno desea siempre merece la pena.
ResponderEliminarYo nunca me conformo con menos, aunque me estrelle una y otra vez contra un muro o no tenga fuerzas ni para trepar por él.
Tampoco creo mucho en la suerte, ni en la propia ni en la ajena. Sólo en los caminos de ida y vuelta.
Un abrazo.