¡Que me paso la vida saltando a la pata coja, yendo de norte a sur, mareando los bajos de la falda de lado a lado!
Pero cuando le veo las orejas al lobo, entonces, y sólo entonces, me doy cuenta de que ni mis pantalones ni mis piernas dan más de sí y me quedo congelada. El lobo se aproxima, me olisquea y...
Olerá tus miedos e intentará aterrorizarte. No te morderá porque eso sería lo que todo el mundo espera que haga. A veces funciona mirarle a los ojos, que sepa que no le tienes miedo. Si ruge, ruge tú más.
ResponderEliminarCuando veas como se aleja con el rabo entre las piernas podrás volver a saltar con la pata coja de nuevo.
Funciona siempre :-)
Un abrazooo
Oski