domingo, 19 de junio de 2011

En mis bolsillos hay espacio para el error pero si no desecho los miedos acartonados que en ellos viven desde hace veinte años, nunca veré su verdadera capacidad.

Es junio de dos mil once, y yo me dispongo a tirarme a la piscina con lo puesto. Sin titubear. Mis pies han dejado de sentir el bordillo, pero aún me quedan unas centésimas de segundo para mojarme la coraza...

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