sábado, 21 de agosto de 2010

El olor a hierba fresca
A veces se nos esconde
Entre efluvios de comida pasada
Que olvidamos tirar a la basura orgánica.
Y yo saco los ojos por la ventana del autobús
Y tú aseguras no ser límite de mesa.
Pero maldecimos algunas baldosas
Y las manos sepultan el humo
Que sale de nuestras cabezas y nubla el paisaje.

Todo se hace claro
Y vamos a la compra.

3 comentarios:

  1. "Justo ahora llego a casa de comprar,
    me he dejado la televisión encendida
    y por la ventana sólo huelo a asfalto ardiendo...

    Pasa un autobús,
    pienso que debía haberlo cogido
    en la pecera un pez boquea
    y todo se hace claro..."

    Ni siquiera yo sé porqué te respondo con otro poema, si es que podemos llamarlo así...

    ¡Un abrazo!

    ResponderEliminar
  2. P.D: En respuesta al comentario en mi blog, sólo decir que no debemos fiarnos de un tipo que se mató intentando saltar un muro...

    Un abrazooo

    ResponderEliminar
  3. al pez infinito poco le pegan las alambradas de fondo o de vestido.
    He hecho penitencia por el tiempo que llevaba sin meterme a base de atracón de tus escritos y ahora puedo echarme la siesta tranquila y tener sueños marítimos, me inundan tus campos semánticos, me has dejado con muchas ganas de buceo.

    Por otro lado espero que te pase un poco como a mí, que escribas especialmente cuando algo te inquieta para mal y no que este desasosiego sea la emoción imperante.

    Que vacaciones nos queden pocas, pero fuerzas muchas. Suerte con todo pequeña Sandra.

    beso grande.


    Isa/ufi.

    ResponderEliminar