miércoles, 25 de noviembre de 2009

Hay un semáforo en rojo y eres un caballo desbocado que sabe lo que es el rojo de los semáforos. Aún así, galopas por el asfalto haciendo colisionar al resto de móviles circundantes.

Es detestable ver cómo la furia lleva más velocidad que la sensatez, y frustrante el pensar que, si el infinito existe, la misma situación se mantendrá infinitamente. Así es como puedes llegar a aborrecerte; presenciando el imperio de unos defectos indomables.

No hay comentarios:

Publicar un comentario