sábado, 30 de mayo de 2009

No hay pretéritos imperfectos que griten la mañana del viernes.
Los ojos son más verdes cuando entra el sol por la celosía y el sofá se pone nervioso viendo documentales de viajes al Polo Sur. No te alteras; no me altero. Es altruismo respirador, palpable y recíproco.

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